Análisis y Reseña de "Último Cajón" (Sebastián Borkoski)

Quizás el rasgo más distintivo de la narrativa de Sebastián Borkoski, ya sea en primera o tercera persona, es que utiliza un lenguaje neutral que puede generar cierta perplejidad en el lector cuando éste lo lee por primera vez. Ya que es un autor misionero reconocido precisamente por su uso de regionalismos lingüísticos y espléndida manera de sacarle provecho a la geografía misionera para darle sustancia a la trama.
Lo que hace el autor entonces es ceder dichos regionalismos a sus personajes, los cuales sí se expresan de manera autóctona cuando interactúan. Estas formas de lenguaje empleadas para ambos aspectos consiguen que sea mucho más fácil reconocer cuando tenemos la narración y cuando interacción de los personajes, porque siempre se va a aplicar un lenguaje específico para cada parte.

Ahora bien… en el “Último Cajón” tenemos diálogos escasos entre personajes, al tratarse de un cuento corto que involucra a un solo individuo luchando contra sus demonios. De modo que prácticamente no contamos con esa confabulación lingüística que se ve tan reflejada en otras obras de su autoría, tales como podemos apreciar en “El Puñal Escondido” o “Trampa Furtiva”, por citar algunos ejemplos.

Pese a esto, el cuento no carece de encanto. Si bien su premisa es sencilla, evoca en los lectores muchas supersticiones y miedos con los que se sentirán familiarizados. En especial aquellos que sufran de parálisis del sueño: un trastorno que consiste en la imposibilidad de moverse o de hablar al apenas dormirse o despertar. Dura apenas entre uno y tres minutos pero genera mucha angustia y ansiedad, dado que durante ese tiempo la persona afectada está completamente consciente. Tal como le ocurre a nuestro protagonista en cada noche.

Como ya mencioné, el argumento es simple. Un hombre que viajaba por la carretera con su auto decide detenerse para adentrarse a una casa de madera que se encuentra abandonada en el monte casi sobre el río. Allí, encontrará un cuaderno negro que parece contener las últimas escrituras del hombre que habitó el lugar, cuya experiencia pareció ser muy traumática debido a reiteradas pesadillas vinculadas con dos hombres corpulentos que no dejaron de atormentarlo durante sus sueños. Las pesadillas transcurren durante la madrugada y siempre el clímax se produce justo antes de que el hombre despierte a las dos de la madrugada.

Aquí me voy a detener un momento… existe un popular mito europeo conocido como “El tiempo de las brujas”, donde se cree que las criaturas sobrenaturales (brujas, demonios y fantasmas) se manifiestan con mayor fuerza durante la medianoche. Más precisamente entre la medianoche y las tres de la madrugada. Entonces, que los momentos más perturbadores del relato ocurran durante ese periodo de tiempo es más que una mera coincidencia.
Sin duda, Borkoski se vale inteligentemente de estos elementos para dar el impacto suficiente en pocas páginas.


“Último Cajón” es uno de los cuentos que se encuentra en su libro "Cetrero Nocturno", una lectura recomendable para aquellos que disfrutan del suspenso y los terrores nocturnos. Es una experiencia sombría y satisfactoria.

Como reflexión final, aconsejaría que no se deje influenciar tanto por los mitos y las supersticiones. Aun así, es necesario andar con cierto cuidado, sobre todo cuando el reloj marque las dos de la madrugada…


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